Carl Jung lo describió como “el punto más blanco de un espacio blanco”.
El gran legado de Ramana fue él mismo, no sus enseñanzas, sino su persona, porque en ella se reflejaba el espíritu.
Él decía que toda la verdad que había realizado se podía resumir en una frase bíblica: “Yo soy ese Yo-Soy”.
La figura de Ramana es de gran importancia porque personificó y dio testimonio del descenso del espíritu en el cuerpo.
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El legado de Ramana Maharshi
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