Nada se puede considerar independiente del resto.
“No-dualidad” significa “no-hay-dos”, es decir: “En esencia, tú y yo, no somos dos sino Uno, porque en el fondo de todo solo hay una realidad indivisa”.
Es necesario un proceso de reajuste, integración y alineación entre todos los aspectos del ser humano (cuerpo, emociones, mente) y el espíritu.
Si no consideramos el cuerpo-mente, estamos rechazando la posibilidad de regeneración necesaria para poder experimentar los aspectos personales del espíritu.
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¿Qué es la no-dualidad? ¿Qué es la regeneración del cuerpo-mente a través del campo no-dual?
No-dualidad: Cuando miramos a nuestro alrededor, nos fijamos en los objetos y en las personas que vemos, pero no en el espacio en el que todos los objetos existen y en el que todas las personas viven. Si prestáramos atención, no solo a aquello que tiene un contorno definido (como un ordenador, los muebles de una casa, las paredes de una oficina, los árboles, los animales, las personas), sino también al espacio en el que todo existe, llegaría un momento en el que nos daríamos cuenta de que el espacio no es simplemente “espacio vacío” sino un “campo consciente” en el que todo existe y a través del cual nada se puede considerar independiente del resto. Dicho de otro modo, en el nivel más básico o fundamental, toda la existencia está interconectada por un océano de consciencia, que tradicionalmente es denominado como el “espíritu universal” y al que se ha venido a llamar el “campo no-dual”. “No-dualidad” significa “no-hay-dos”, es decir: “En esencia, tú y yo, no somos dos sino Uno, porque en el fondo de todo solo hay una realidad indivisa”. Esto puede ser extrapolado al resto de la existencia: “En esencia, tú, yo, ellos y ellas, así como todos los seres vivos y objetos animados e inanimados tenemos algo en común”. Desde ese punto de vista, todo es Uno. Básicamente, lo que se propone es la posibilidad de percibir la vida desde un punto de vista diferente, en el cual se produce el reconocimiento de la consciencia indivisible en la que todo existe. Para llegar a la realización del espíritu universal o “campo no-dual” utilizamos las prácticas de realización directa que incluyen: ejercicios de atención, diálogos y contemplación. Regeneración del cuerpo-mente a través del campo no-dual: Ahora bien, que en el nivel fundamental exista una realidad indivisa común a todo no implica que dejen de existir los diversos niveles de manifestación, es decir: “En esencia tú y yo somos uno y al mismo tiempo tenemos una identidad personal diferenciada que coexiste con el campo impersonal no-dual”. Así, todo lo que experimentamos que somos: el cuerpo físico, las emociones y el intelecto siguen siendo reales e importantes aún cuando el campo no-dual ha sido realizado. De forma adicional, el cuerpo-mente no solo debe ser reconocido sino que también se debe adaptar a la percepción no-dual de la vida, para lo cual es necesario un proceso de reajuste, integración y alineación entre todos los aspectos del ser humano (cuerpo, emociones, mente) y el espíritu. Debido a esta necesidad de reajuste e integración, tanto antes como después de la percepción del campo no-dual es posible ayudar a la regeneración del cuerpo-mente utilizando las prácticas adecuadas: los ejercicios regenerativos y las prácticas de meditación interna, las cuales están diseñadas para asistir en el proceso de alineación con el espíritu universal y para la incorpación del llamado “espíritu personal” que representa nuestra identidad libre de traumas y limitaciones. Diversas interpretaciones: Cabe aclarar que hay otras interpretaciones de la “realización no-dual” que no consideran el cuerpo-mente como algo relevante, ya sea por motivos de “estrategia” en la enseñanza o por “estados de disociados” de consciencia, los cuales no implican en última instancia una experiencia (pues en el nivel “no-dual” totalmente impersonal no hay “alguien” que experimente porque todo es una misma substancia). Sin embargo, esta no es nuestra perspectiva, pues si no consideramos el cuerpo-mente, estamos rechazando la posibilidad de regeneración necesaria para poder experimentar los aspectos personales del espíritu. Así, solo a través de la interacción entre el cuerpo-mente y el campo universal es posible liberar el potencial de experiencia del ser humano y llegar a experimentar el amor en espíritu –lo cual es nuestra verdadera identidad personal-. Por esta razón, debemos recordar que lo que pretendemos, es experimentar plenamente todo lo que somos y para ello, debemos añadir a nuestra experiencia todos “los aspectos de lo que somos”, porque de otra forma nos sentiremos incompletos e insatisfechos. Así, para completar nuestra experiencia, es necesario: no solo reconocer el “campo no-dual” o espíritu universal (aquello que nos muestra que toda la existencia está interconectada), sino también aprender a rendirnos al mismo para que el cuerpo-mente pueda ser regenerado como consecuencia de tal interacción. Si esto es así, es decir, si se produce la integración de todos los aspectos de la existencia, entonces podremos vivir más plenamente. © 2013 Isaac Portilla
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